lunes, 8 de febrero de 2010

Si algo intenté con vos, fue evitar la búsqueda de algún tipo de conexión. Nunca te miré a los ojos por más de dos segundos. Nunca te devolví un abrazo, por algún motivo no me animé a hacerlo, sabía que esos brazos no eran míos ni para mí. Lo sabía antes de no verte nunca más, vos lo sabías? Un día nos paramos el carro y nos olvidamos de todo o eso intentamos, dijiste. Sí lo sabías. Y entonces para qué, si vos seguís ahí y yo acá y en realidad nunca hubo un carro para los dos.

Prometo (me prometo) que este es el último posteo sobre vos.

sábado, 6 de febrero de 2010

Hace siglos que no hablás y sentís que poco a poco la voz se te va atrofiando. No tenés idea como van reaccionar las cuerdas vocales cuando vos des la señal, pero ni eso te asusta ya. Las palabras se quedan ahí arriba, si alguna baja por la garganta juntas saliva y las escupís. Son tramposas, las conocés bien, no vas a participar de su jugarreta parlanchina, una vez caíste pero dos, dos no.