es inevitable

que ahora todos los cigarrillos tengan gusto a vos.

soñando como una acelga

Te escabulliste en mis sueños las tres ultimas noches y creo que podría aceptarlo sino fuera porque me estoy acostumbrando a tu presencia.
Esta noche si te encuentro merodeando en mi mente, te voy a confesar que no te quiero en mis sueños.
Te quiero en mi cama.

palabras 2

Cuesta sintonizar
odio llegar a creer que hoy, no hablamos la misma lengua
y que nuestros lentes no nos muestran la (ir)realidad del mismo color.

Y si nos los sacamos?! Dejemos que esta luz nos enceguezca.
Saquémonos todo! Y que nuestras pieles se fundan. Ellas si se entienden, son las palabras, que solo sirven para incomunicar.

palabras

ellas
tan grises, tan duras
tan ásperas y amargas
tan llenas de espinas,
tan llenas de nada..
brotan de mi boca congelándolo todo.

no quiero usarlas contra vos..

contra mí

Por fin se termino septiembre y con él ese clima insoportablemente inestable.

Que se nos metía por todos lados. Por abajo de las mangas de los pulóveres y por las botamangas de los pantalones, contagiando al cuerpo y a los sentidos. Era realmente agotador que un día nos lloviera y otro nos salga el sol. Llegué a pensar que esa ciclotimia podía terminar con nosotros. Pero lo logramos y aca estamos, en octubre.

And Juliette wanted romeo

No me hables
No me mires,
el más mínimo roce puede hacerme ceder.

Mírame , hablame
desarmame.

Esos días.

Hay días que se repiten a lo largo de nuestras vidas. Días típicos, en los que suceden cosas no típicas que hacen que te des cuenta que son esos días típicos.
Para reconocer esos días basta con que te pasen algunas cosas:
Ningún tema del mp3 te viene bien. Te la pasás apretando la flechita para cambiar de canción, porque es muy lenta, muy cursi, te hace acordar a alguien o es muy agresiva o simplemente no es para ese momento.
Lo mismo con los canales de televisión, en esos días te das cuenta que la televisión es una basura y terminás colgándote con algún documental de canal 7 o escuchando por enésima vez al gordo Feinmann hablar sobre el marxismo y otros filósofos que en nada te ayudan a cambiar el humor de esos días.
Abrís la heladera mil veces, sin pensarlo. Estés donde estés (sobre todo si estás en la computadora) te parás y como un poseído vas y la abrís. Mirás su interior, tan blanco como el resto de los días. En sus estantes lo mismo de siempre, en mi caso, frutas, verduras, yogures light y otros alimentos completamente inservibles para un adolescente. Y una vez ahí parado frente a ella te preguntás, que vine a buscar? Y te contestás: nada. Te das cuenta que es de esos días y volvés a donde estabas, para seguir con lo que hacías.
Así que acá estoy, hoy fue uno de esos días y resién vuelvo de abrir la heladera.

monigote

Anoche soñé que te seguía hasta un arenero.
Nos tirábamos por los toboganes, nos colgábamos de las trepadoras y nos reíamos en los subibajas.
Todo estaba muy bien hasta que juntaste con tus manitos un puñado de arena y me lo tiraste en los ojos.
Esa manía tuya de arruinar todo siempre, hasta los sueños.