Te fuiste hace casi un año. Partiste, hacia otro lado del planeta, como ya sabíamos todos que ibas a hacer, como hacés siempre. La ciudad fue cambiando de color sin vos . Los árboles se llenaron de hojas secas, que luego calleron y pintaron las veredas de marrón. El frío de julio se llevó lo poco que quedaba de vos en mí, por andar desabrigada se me metió adentro, y se llevo el calor de la ternura. Empalidecí y engordé unos kilos.
Te extraño, extraño tu brillo, tu fogosidad. Sólo en tu presencia me sentía libre como para andar semi desnuda, tirada en el pasto o en la arena. No hay vuelta que darle, la energía que me trasmitís no tiene similar, así que no voy a perder mi tiempo buscando algo o alguien que te remplace. Así como te fuiste vas a regresar. Lo sé. Lo sabemos todos.
Verano te necesito!